Hola chic@s! ya estamos a viernes y acaba la primera semana de trabajo tras las vacaciones. La verdad es que no se me ha hecho demasaido pesada, aunque las tardes no me han cundido nada de nada. Tener a las peques de vacaciones es lo que tiene. De hecho tengo un par de cositas que enseñaros, pero no he encontrado tiempo para hacer unas fotos decentes para colgarlas en el blog. Además me gustaría mostraroslas con relleno, aunque el relleno está ultimamente muy rebelde y rehuye de las fotos. A ver si este finde puede ser. De todas formas se nota que la mayoría de los blogs están también de parón vacacional.
No sé si lo he comentado alguna vez, pero aunque mi blog va sobre costura y manualidades, leo muuuuchos tipos de blogs. De costura, manualidades, recetas, cocina, crianza, etc.. Pero también leo muchos sobre moda infantil y moda para nosotras en busca de inspiración. Y una cosa que me ha llamado mucho la atención es que últimamente he leido en varios blogs quejas de mamás porque han recibido comentarios en plena calle criticando cómo visten a sus hijos o cómo se visten ellas. Yo digo que la gente está aburrida y no tiene otra cosa que hacer que criticar a los demás y que a palabaras necias, oídos sordos. Pero lo que me parece fatal es la falta de respeto hacia los demás y sobre todo cuando hay niños de por medio. Si a mí hay algo que no me gusta, lo comentaré en privado en mi casa o con mis amigos, pero jamás se me ocurriría increpar a nadie por la calle y menos a un niño.
Independientemente de los gustos de cada cual a la hora de vestir, yo pienso que lo más importante, y lo que me han inculcado mis padres siempre, es saber vestirse para cada ocasión. Así, al igual que no vas a ir de amarillo chillón a dar un pésame, tampoco se debe ir con zapatos de charol a pasar un día de campo. Supongo que es cuestión de sentido común más que de gustos. A mi me puede requetechiflar ir todo el día en chándal y zapatillas de deporte, por ejemplo. Pero jamás se me ocurriría ir así a una boda o a una entrevista de trabajo, por mucho que eso vaya con mi personalidad.
Otra cosa que me llama poderosamente la atención es cómo van conjuntadas las familias. A ver, a mi no me parece lógico por ejemplo ver a una señora vestida de punta en blanco en Domingo de Ramos, acompañada por su hijo con botas de fútbol. Quiero pensar que se trataba de un ataque de rebeldía adolescente que no pudo ser controlado, pero la verdad es que llamaba la atención.
Cuando mi marido y yo estábamos de novios, yo le llamaba antes de salir para saber en que plan íbamos a ir vestidos, porque a veces él aparecía muy arreglado y yo de trapillo, o al revés...jajaja. Os juro que no soy para nada una fashion victim, ni soy de las que se mueren si el color del lazo no es igual al del zapato. Las que me conocéis lo sabéis. Pero sí soy maniatíca de ir al menos vestidos de forma coherente con el momento y la situación. Y a veces el momento requiere ir en chándal y otras en traje de noche.
Siempre recuerdo la pareja que compartía habitación con nosotros cuando nació Irene. Era una pareja muy jovencita, con pocos recursos, ambos en paro y de una nivel social-cultural más bien bajito. El día que abandonaron el hospital con su niña recién nacida, se pasaron al menos media hora vistíendola: camisa de batista, polainas, bragas de encaje, zapatos de encaje, batón de encaje, capota de encaje, rebeca de encaje.. vamos que la pobre criatura parecía la Macarena con tanto adorno y perifollo. La mamá, que había tenido un parto largo y dificultoso con muchos puntos que le impedían andar bien, y que aún tenía una barriga de casi 5 meses, se había colocado lo único que le entraba en esos momentos: un chándal rojo de mercadillo, un jersey de rayas, y unas chanclas (¡en pleno febrero!) porque seguía teniendo los pies como dos morcones. "Ahora vamos a enseñar a la niña por el pueblo", nos dijeron. Mi madre y yo nos quedamos allí paradas contemplando el esperpéntico conjunto, con cara de "¿¿¿????". ¿No podría haber esperado a encontrarse un poco más recuperada para hacer la presentación oficial de la criatura?
En fin, después de este rollo, y a pesar de lo que acabo de contar sobre la coherencia en el vestir, lo que debe estar por encima de todo es el RESPETO a los demás, aunque a tí te parezca horroroso ver a un bebé en vaqueros o ver a una niña de piquillos hasta las cejas en un parque de alvero.
Bueno chicas, pues esta es la reflexión de hoy, que hace tiempo que no escribía ninguna..jaja. Os dejo con otro de los lazos que le he hecho a niñas. Aún estoy mejorando la técnica, que conste:
Me has entretenido un montón!! Jajaja feliz viernes! Y bonito lazo!
ResponderEliminarjajajajajajajajajajajajaj. no puedo parar de reir Maria. como somos la gente. un besazo.
ResponderEliminarwww.elrincondecostura.com
jejeje qué entrada más buena! me encanta leer entradas de este tipo en las que una " se abre" y confiesa sus opiniones hacia un tema.
ResponderEliminarBesossss
Me ha gustado tu entrada.... Un besazo
ResponderEliminarMe alegra saber que no soy la única pensando estas cosas. Algunas veces me he tenido que morder la lengua, cuando en pleno febrero he visto a la madre con abrigo de visón y el niño (de unos 7/8 años ya, por cierto) con unos pantalones floreados requetecortos y calcetines, con las piernas amoratadas de frío.
ResponderEliminarObviamente cada uno se viste como le da la gana y sus hijos/as (mientras se dejen) son una prolongación de su estilo pero es que se ven cada cosas por ahí...
A la del chandal o a una prima suya la he visto yo, con un carrito tipo inglés, lleno de puntillas y lazos. Chocante, como poco.
Me ha gustado tu entrada, me he sentido un poco menos bicho raro.
Jaja, Beatriz, no te sientas como bicho raro. Hay mucha gente que piensa como nosotras. Pero bueno, es que hay gente pa tó.. y se ve cada cosa...
Eliminarjaja
Besos
Me ha parecido una estupenda reflexión, que por cierto , comparto. Me ha encantado el lazo, si me lo permites te lo copio para mi nena.
ResponderEliminarUn saludo.