Hola chic@s! ¿No os ocurre a veces que confeccionais una prenda muy elaborada, cuidando al máximo los detalles, la técnica y los acabados, y que, sin embargo, tanto esfuerzo pasa desapercibido a ojos legos en la materia? ¿Y no os ha ocurrido, también, que la prenda más facilona, más feilla y que está hecha en dos ratos, se convierte en la prenda más admirada? Pues bien, eso me ocurrió a mí con el disfraz fosforito-mamarracho que le hice a Irene para la semana de punto del maratón de Telaria (
AQUÍ). Chiquilla, ¡qué éxito ha tenido el dichoso disfraz! Mi hija se lo llevó a casa de la abuela para poder ponerselo al llegar del cole. Y no hay día que llegue yo de trabajar y no la vea vestida con él (bueno o con cualquier otro look mamarracho, porque mi hija para estar en casa no quiere un
chandita, una bata o un pijama, nooo).
Pero es que además, se pelean hasta por ponerse el vestido. Y no sólo mis hijas, no. La vecina de enfrente tiene dos nietas de edades similares, que juegan con mis hijas... y tooodas están enamoradas del dichoso modelo. ¡Manda huevos! ¡La madre harta de coser vestidos repimpollaos y ellas matándose por semejante mamarracho!En fin..
El caso es que la cosa estaba llegando ya un punto que mi suegra me dijo que iba a tener que hacerle unos disfraces para estar en casa y jugar. Y a mí que sólo falta que me den un poco de chispa, se me encendió la bombillita en seguida. ¿Qué mejor disfraz para cuatro niñas de entre 2 y 6 años que unos de princesa?
Por supuesto que tendrían que ser unos disfraces rápidos y sencillos de hacer, baratos y cómodos para jugar, saltar, arrastrarse por el suelo y todas esas cosas que hacen las cuatro fieras reunidas. El patrón lo tenía claro: el peasant dress de toda la vida, que lo tengo ya supertrillado y que en unas tres horas está más que listo. El reto estaba en adaptar sus princesas preferidas a este patrón. Y no ha sido tarea fácil. Pero como se trata de vestidos para jugar, no para ir a una cena de la Preysler, pues creo que han quedado molones (al menos a los ojos seisañeros). Ellas más contentas que unas Pascuas y yo más ancha que larga al ver sus caritas de felicidad. Otra cosa no, pero he de confesar que ha sido la costura más agradecida y con la que más me he divertido (luego os contaré mi trauma infantil con las princesas..jeje)
Así, que señoras y señores, acomodense y vean:
1.- Miriam, de 6 años, tenía claro que su princesa favorita era Rapunzel. Fue bastante complicado adaptar esta princesa, porque Rapunzel no lleva precisamente un traje de princesa al uso, sino más bien uno de campesina fashion. Así que aquí me permití alguna que otra licencia y aunque he mantenido el color lila del original el resto ha sido un poco invención, bajo la excusa de que es el vestido que lleva Rapunzel para casarse con el Príncipe Flynn (por cierto que para mi uno de los más guapos de Disney..jeje)
2.- Irene, de cuatro años, también lo tenía superclaro. Quería un disfraz de Mérida. ¡Y mira que es soso el vestido! Por más que rebusqué alguna tela del color apropiado, me tuve que conformar con una rasete verde botella un poco feo. Pensé en cambiar de princesa, pero mi asesora de telas (gracias, Isa), me dijo que si la niña había dicho Mérida, Mérida tenía que ser. Este vestido es más fiel al original, salvo las mangas que a mí se me ocurrió hacerlas acampanadas y que mi hija no dudó en puntualizar que Mérida llevaba las mangas finas y no grandes. Con todo, quedó muy contenta, y aunque le hacía ojitos al de Rapunzel, se ha conformado muy bien.
3.- Ángela, tres años, dudó un poco hasta decantarse por Blancanieves. Y he de decir que ha sido y es mi favorito. El colorido es precioso y después del de Mérida, agradecí algo de color. Creo que es bastante fiel al original y que le sienta muy bien a su dueña:
4.- Por último, faltaba mi peque Elena, de dos añitos. Aún no tiene princesa favorita. Cuando le pregunté solo sabía decir
pinceza guapa, así que me permití elegir por ella y me decidí por Cenicienta que a mí me gusta mucho. Es un vestido sencillo de color celeste que le favorece mucho. Me vais a perdonar pero en la foto el vestido sale manchado de pintalabios rosa..otra de las pasiones de mi peque para ponerse
guapa.
Le dije que pusiera pose de princesa guapa y así se colocó
Ahora os dejo con unas poses más alocadas porque fue imposible hacer más fotos decentes. La locura se apoderó de ellas:
¡Cuesta tan poco hacer feliz a un niño! Han sido pocas horas de costura y de resultado rápido, como a mí me gusta...jeje Ya sé que no son los mejores disfraces del mundo, ni los más fieles al original, pero ellas están supercontetas y listas para jugar. Eso es lo importante, no? Irene ya me ha dicho que quiere uno de Bella pero que sea
gordo (de vuelo). Yo le he respondido que los disfraces
deluxe que los pida a los Reyes Magos que yo ya he hecho bastante..jajaja
Un beso y feliz finde
PD: Por si alguna se ha quedado con la intriga os cuento mi "trauma infantil". Cuando yo tenía unos 6 o 7 años mi prima nos invitó a mi hermana y a mí a su cumpleaños (vaya por delante que mi prima cumple años el 24 de febrero). A última hora nos dijo que era una fiesta de disfraces.Y mi madre nos colocó los únicos disfraces que teníamos en casa: mi hermana de princesa y yo de pastorcita de Navidad. Yo ni me planteé que quedase raro ir de pastorcita a finales de febrero. No ese no era el problema. El problema es que al llegar a casa de mi prima, ella y otras niñas iban disfrazadas de Barbie Corazón y Barbie Diamante. Y yo de pastora...ahí fui consciente de lo que era la envidia..jajaja...
Yo nunca tuve un vestido de princesa y así me he quedado..jajaja
Besos.