Hola chic@s! ¿Qué tal van las fiestas? Por aquí como siempre a tope. Pero no quería dejar pasar lo que queda de año para enseñaros el vestido que le hice a Irene y que estrenó ayer, día de Navidad.
Este año estoy cosiendo poco para ellas. O al menos poco del tipo de prendas que acostumbro. Pero Irene necesitaba un vestido arreglado para las fiestas, así que me puse manos a la obra.
Mi hija va a cumplir 10 años en febrero. Ya es una chica mayor, por lo que necesitaba un vestido sencillo, elegante y sobre todo ponible. La época de las puntillas, piquillos y lazos la vamos dejando poco a poco atrás en favor de prendas más sobrias pero sin perder el toque infantil. Esta sociedad va muy deprisa, pero para mí con 10 años las niñas siguen siendo niñas.
Así que me decidí por un modelo sencillo que captó mi atención al verlo en la portada del número 4/2018 de la revista Ottobre. Reconozco que compré la revista por la foto de la portada, aunque es cierto que ya he cosido un par de modelos de este número.
Me gustó el modelo por su sencillez y creo que sobre todo por la tela, que es lo que le dice todo al vestido. Sin embargo, los puños de las mangas me daban bastante pereza, así como intentar dar con la talla de la revista que le valiese a mi hija. Por eso lo que hice fue irme al patrón base del libro Building Block Dress de Liesl Gibson, que ya tengo trabajado y confeccioné el vestido a partir de ahí a semejanza del de la revista.
Como veis la tela es la que lo dice todo en el vestido. Por eso necesitaba un modelo sencillo que no le robase protagonismo. Las mangas las modifiqué respecto al modelo original de la Ottobre. Las acampané un poco por abajo y las recogí con un elástico en los puños. Sí usé el patrón del volante del cuello y las medidas de la falda de la Ottobre. Vamos que es un tetris de patrón.
La tela la compré en Traetela a principios de temporada. Creo que ponía que era viscosa, pero tiene cierto cuerpo que lo hace ideal para vestidos de invierno. Soy una enamorada de los tonos verdosos azulados y el contrate con al cenefa queda precioso. Así que para no robarle demasiado protagonismo a la tela lo combiné con leotardos y zapatos negros.
El vestido va completamente forrado a excepción de la mangas y se cierra con cremallera invisible.
Cuando le probé el vestido a la niña sin camiseta debajo se lo ví bien, pero ayer al meterle la camiseta noté que le tiraba un poco de la sisa y que la cremallera se le abría. Creo que tendré que volver a revisar mi patrón base para futuras ocasiones.
Aquí os muestro un detalle del cuello del vestido.
Con este modelo participo en el concurso El Modelazo de Traetela, que se sigue en facebook e Instagram. Y os deseo que tengais una entrada de año estupenda y que en 2019 se cumplan todos vuestros deseos.
Un besote muy gordo y hasta el año que viene.